Tres, dos uno…desesferificando la cocina española

Asirse a una cuchara de palo sacó al autor de una depresión. Y se diría que la hiperinflación de eruditos gastronómicos nivel Dios, sumados a la sobreabundancia de menús redactados como el hipérbaton de Bécquer y adornados con el soniquete modernista de un lenguado al “piélago ambarino” de Amado Nervo, lo van a sumir en otra. Así, este trabajo solo podía ser lo que es: un conjuro contra la estulticia, una reivindicación sana y auténtica de la normalidad gastrónomica. Y, por último, un ensayo original que alterna una mirada sobre la España de los fenómenos gastronómicos de las últimas décadas con el crepitar del pan honrado en el horno y el milagro de un pollo al ajillo, esencial y popular, cocinado con todo el mimo que merecen las cosas eternas. El autor, además, se adorna con una suerte de breves relatos inconexos cocidos a fuego lento y con levadura literaria. La puta gastronomía (El Desvelo Ediciones) es el título de la declaración de intenciones de Remartini, el seudónimo pasado por la hora del cóctel sin agitar de David Remartínez, un periodista zaragozano de 48 años, morroputa y devoto de Vázquez Montalbán. Un tipo que exhibe un poderoso sentido del humor y el triste bagaje de haber reventado una olla de lentejas cuando comenzaba a arrimarse al fuego.